La lactancia materna y su importancia
Tomados de Las Guías de Alimentación para el menor de
seis años y de las Guías de Alimentación para la población venezolana. INN Fundación Cavendes, 1996.
Es el alimento de mejor
digestión y absorción para los lactantes; es la fuente natural de nutrientes
más eficiente y supera a la de cualquier fórmula modificada o artificial.
Contiene células y anticuerpos que protegen al niño o niña contra enfermedades,
tales como: alergias, diabetes, infecciones respiratorias, infecciones
urinarias, otitis, diarreas y caries. Podemos resumir que la leche materna es
lo mejor.
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Favorece el contacto
madre-hijo y el primer estímulo para la secreción láctea. El tipo de lactancia
materna puede ser a “demanda” o controlada. Parece tener más ventajas la
lactancia a demanda, al menos en el primer mes, pero ello puede crear a veces
una situación de ansiedad materna creyendo que el niño no queda satisfecho.
Puede ofrecerse al niño en cada mamada uno o los dos pechos, comenzando, si son
los dos, por el último que ha tomado. El tiempo de cada tetada debe estar entre
8 y 10 minutos, pues el 90-95% de la leche se obtiene en los 5 primeros
minutos. Prolongar la tetada puede favorecer el meteorismo del bebé y la aparición
de grietas a la madre. Las mamas deben lavarse con agua hervida antes y después
de la toma y secarlas con gasa estéril.
La madre debe seguir una vida normal, evitando
situaciones de estrés. Es aconsejable una alimentación variada. El alcohol, el
café y el tabaco pueden afectar al lactante siendo aconsejable su supresión. Es
importante resaltar que estudios científicos han demostrado que los escolares
alimentados con leche materna tienen un mayor coeficiente intelectual que
otros, cuya alimentación fue artificial.
Ministración
de formula láctea.
Las
leches enteras, LPF, que son de menor costo, pueden usarse diluidas al 7,5% con
el fin de disminuir la cantidad de proteínas y adaptarlas a las características
fisiológicas del lactante. A partir del año de vida puede ser usada al 10%,
especialmente si el aporte proteico de las comidas no es suficiente.
Para
cumplir las recomendaciones de energía para la edad, se agrega malto dextrina o
sacarosa al 5% y es necesario además, agregar 1,5% de aceite vegetal para
cubrir los requerimientos de ácidos grasos esenciales. Después de comenzar la
alimentación no láctea, el aceite de la mamadera puede ser reemplazado por
polisacáridos del tipo almidón (maicena, cereales dextrina dos) al 3 o 5%.
Destete
El
destete puede hacerse lentamente y de forma parcial. Cuando un bebé es
grandecito, se puede hablar con él, llegando a razonar mucho más de lo que la
gente. A veces, la madre se plantea un destete porque hay algunas situaciones
donde no le apetece dar pecho delante de la gente, a la hora de dormir, en la calle
etc. Probar siempre un pacto es mucho menos traumático y mucho más beneficioso
que inclinarse directamente por un destete definitivo. A esta práctica se la
conoce como destete parcial. El más difícil de lograr es el destete en las
tomas nocturnas, donde además del factor alimentación, está presente una fuerte
carga emocional, que hace estos momentos muy importantes para la relación
madre-hijo. Antes de destetar, sería interesante que los padres leyeran algún
libro orientativo. Hay dos situaciones para el destete: el destete natural es
el niño el que decide que deja de mamar y el destete inducido, a iniciativa de
la madre.
Cuando
el destete se hace por iniciativa del hijo
Es
éste el que va a marcar la marcha. Hay algunos niños que dejan el pecho de
forma radical, sin mediar pacto y sin que coincida con ninguna cosa en
particular. Otros, van dejando de tomar poco a poco, se saltan tomas y piden
otras cosas en su lugar, generalmente afecto. A veces, esta disminución no se
hace de forma uniforme, sino que hay días en las que se piden más y en unos
días, vuelven a pedir nuevamente menos. A veces, este tipo de destete, puede
causar tristeza y frustración en la madre, que no desea que este momento llegue
aún. Es importante compartir estos momentos con otras madres que hayan pasado
ya por esto, pues nos ayudará a superar el proceso.
Algunas
madres llegan incluso a sentirse culpable y buscan posibles causan que
realmente no existen. Un nuevo embarazo puede tener un papel en el destete del
hijo anterior. Debido a los cambios de la leche durante el embarazo menor
volumen, distinto sabor muchos niños se destetan solos en esta época. Otros
prefieren seguir mamando, y continuar haciéndolo tras el nacimiento del nuevo
hermano. A esta situación de dos niños de diferentes edades mamando a un tiempo
se la ha llamado “lactancia en tándem”.
Cuando
el destete es a iniciativa de la madre
Si
la madre quiere iniciar el destete es mejor sugerirle que intente planearlo y hacerlo
paulatinamente. El pecho es mucho más que alimento y hay que hacer comprender a
la madre que su hijo va a necesitar doble ración de atención, mimos y cariños.
Por ello, no es recomendable iniciar un destete, sobre todo brusco, haciéndolo
coincidir con momento de gran cambio en la vida del niño, tales como el inicio
del colegio, enfermedad de la madre y cambio de la situación laboral de alguno
de los progenitores. El destete planeado para el niño mayor de un año puede ser
una experiencia positiva si la madre consigue encontrar alternativas aceptables
para ambos: cambios de rutinas, que la madre se anticipe a las tomas con
alternativas y distracciones. Cuando el niño tiene más de un año la madre puede
“negociar” con él o lograr que aplace alguna toma. Una vez confirmado que la
madre realmente quiere el destete y ha entendido lo que ello implica.
Ablactación
Es
la alimentación complementaria se define como el proceso que inicia cuando la
leche materna ya no es suficiente para cubrir todas las necesidades
nutrimentales del lactante y por lo tanto otros alimentos son necesarios para
complementarla.
De
acuerdo a la adecuada alimentación de la madre, las necesidades nutricionales
de los niños sanos y a término generalmente son bien cubiertas por la leche
materna exclusiva durante los primeros 6 meses. Sin embargo después de este
periodo es poco probable que se sigan cubriendo las necesidades nutrimentales
del niño solo con leche materna, haciendo énfasis en requerimientos de energía,
proteínas, hierro, zinc y vitaminas liposolubles como A y D. La OMS y UNICEF recomiendan
la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad del niño y continuarla
con la alimentación complementaria hasta los dos años de edad, siendo una
estrategia de prevención, para favorecer el adecuado estado nutricional, óptimo
crecimiento y desarrollo, así como la disminución de mortalidad en los lactantes
y niños menores.
En México la Secretaria de Salud y la
Asociación Mexicana de Pediatría A.S. concuerdan con la recomendación de la OMS
con respecto a iniciar la alimentación complementaria a partir del sexto mes de
vida del niño cuyo objetivos son prevenir deficiencias de energía y proteínas,
debido a una disociación entre la disponibilidad de estos nutrimentos en la
leche materna y los requerimientos posteriores del niño en función de su
crecimiento son prevenir deficiencias nutrimentales principalmente del hierro y
zinc, fomentar el gusto por la diversidad de sabores y texturas de los
alimentos, construir hábitos alimentarios correctos desarrollar habilidades que
permitan una transición entre la dependencia total que presenta el niño a sus
padres para alimentarse, a la alimentación por sí mismo y desarrollar la
capacidad innata del niño para regular la cantidad de alimentos que consume.
La importancia de
iniciar en el momento oportuno la alimentación complementaria, no solo
comprende la necesidad de cubrir los requerimientos nutrimentales del niño,
sino también el hecho de aprovechar la oportunidad que ofrece este periodo para
poder establecer las primeras bases de lo que en un futuro serán los patrones
de hábitos alimentarios del individuo.
Referencias